Padre Francisco Almonte tiene 44 años como sacerdote
Por Raysa Dotel
El padre Almonte es sacerdote por vocación, quien desde niño tenía inclinaciones de pastor y guía de multitudes, mensajero de la palabra de Dios para llevarla a todo aquel que necesite seguir los pasos de Cristo en esta tierra.
Almonte nace en Naranjal de Cutupú, provincia La Vega, hijo de los señores Samuel Almonte y la señora Olinda Valdez, quienes procrearon 14 hijos, criados en un ambiente de amor, tranquilidad y paz.
Se inicia en la vida sacerdotal a los 13 años de edad siempre con el apoyo de sus padres para que fuera sacerdote de la iglesia católica. En el 1953 comienza como seminarista en ese entonces tenía que tener el tercero o cuarto curso de la primaria aprobado para poder ingresar al seminario.
Los primeros 6 meses los duró en el pre -seminario del colegio Padre Fantino del Santo Cerro La Vega y en septiembre de 1953 entró al seminario Santo Tomás de Aquino de Santo Domingo, de ahí fue enviado a Italia a terminar sus estudios en Roma.
Francisco Almonte es de carácter sencillo y humilde, y se ordena de sacerdote el 19 de diciembre de 1964, estando en Europa, donde regresa al país en julio del 1964, comenzando su experiencia sacerdotal en el Seminario Menor y luego en la parroquia Corazón de Jesús del Licey, Santiago.
Dice que luego fue trasladado a la Catedral de La Vega, de ahí al Santo Cerro, Cotuí, Villa Tapia, Constanza, Duvergé y luego aquí en Monseñor Nouel donde trabajó en todas las parroquias de Bonao, Maimón y Piedra Blanca menos en San Antonio de Padua.
Explica que le agrada mucho servirle a la gente que no tiene quien lo escuche y que como sacerdote es un deber orientar y aconsejar a todo aquel que necesite sanos consejos tanto espirituales como morales siempre en el orden cristiano.
Este cura es uno de los sacerdotes más constructores que tiene la Iglesia Católica del país y que aquí en Bonao a construido los templos religiosos San Pedro y San Pablo, San Mateo, Capilla Santa Rosa, Santo Tomás de Aquino en Juma y San Andrés en la comunidad de La Salvia entre otras.
Entre los cargos que ha ocupado dentro de la iglesia se encuentran: Rector del Seminario Santo Cura de Ars de La Vega en el año 1969 al 1972, trabajó con los Jesuitas en el seminario Mayor de Santo Tomás de Aquino, en 1973 en la Iglesia de Fátima de Bonao cuando funcionaba en el comedor económico de la calle México, más tarde es trasladado a la Catedral de La Vega pero desde allí atendía a la Parroquia de Fátima donde regresa nuevamente a Bonao en el año 1988 y en septiembre del 2005 le toca otra vez llegar a Bonao pero en esta oportunidad a la parroquia Santo Toribio de Mogrovejo, donde actualmente ayuda al Obispado con los Vicarios Generales de la Diócesis.
Por último explicó que a diario los sacerdotes tienen tentación como cualquier otra persona y que para el son dificultades que tienen solución y que los sacerdotes con relación al celibato no pueden tener una familia, pero este mantiene la fidelidad a Cristo. Porque todo aquel que quiere ser fiel a la vocación tiene dificultades, pero que hay que agarrarse de Dios, porque son humanos y que como hombre cualquiera puede fallar, pero hay que estar seguro de tener valor para levantarse y seguir adelante.
El padre Almonte es sacerdote por vocación, quien desde niño tenía inclinaciones de pastor y guía de multitudes, mensajero de la palabra de Dios para llevarla a todo aquel que necesite seguir los pasos de Cristo en esta tierra.
Almonte nace en Naranjal de Cutupú, provincia La Vega, hijo de los señores Samuel Almonte y la señora Olinda Valdez, quienes procrearon 14 hijos, criados en un ambiente de amor, tranquilidad y paz.
Se inicia en la vida sacerdotal a los 13 años de edad siempre con el apoyo de sus padres para que fuera sacerdote de la iglesia católica. En el 1953 comienza como seminarista en ese entonces tenía que tener el tercero o cuarto curso de la primaria aprobado para poder ingresar al seminario.
Los primeros 6 meses los duró en el pre -seminario del colegio Padre Fantino del Santo Cerro La Vega y en septiembre de 1953 entró al seminario Santo Tomás de Aquino de Santo Domingo, de ahí fue enviado a Italia a terminar sus estudios en Roma.
Francisco Almonte es de carácter sencillo y humilde, y se ordena de sacerdote el 19 de diciembre de 1964, estando en Europa, donde regresa al país en julio del 1964, comenzando su experiencia sacerdotal en el Seminario Menor y luego en la parroquia Corazón de Jesús del Licey, Santiago.
Dice que luego fue trasladado a la Catedral de La Vega, de ahí al Santo Cerro, Cotuí, Villa Tapia, Constanza, Duvergé y luego aquí en Monseñor Nouel donde trabajó en todas las parroquias de Bonao, Maimón y Piedra Blanca menos en San Antonio de Padua.
Explica que le agrada mucho servirle a la gente que no tiene quien lo escuche y que como sacerdote es un deber orientar y aconsejar a todo aquel que necesite sanos consejos tanto espirituales como morales siempre en el orden cristiano.
Este cura es uno de los sacerdotes más constructores que tiene la Iglesia Católica del país y que aquí en Bonao a construido los templos religiosos San Pedro y San Pablo, San Mateo, Capilla Santa Rosa, Santo Tomás de Aquino en Juma y San Andrés en la comunidad de La Salvia entre otras.
Entre los cargos que ha ocupado dentro de la iglesia se encuentran: Rector del Seminario Santo Cura de Ars de La Vega en el año 1969 al 1972, trabajó con los Jesuitas en el seminario Mayor de Santo Tomás de Aquino, en 1973 en la Iglesia de Fátima de Bonao cuando funcionaba en el comedor económico de la calle México, más tarde es trasladado a la Catedral de La Vega pero desde allí atendía a la Parroquia de Fátima donde regresa nuevamente a Bonao en el año 1988 y en septiembre del 2005 le toca otra vez llegar a Bonao pero en esta oportunidad a la parroquia Santo Toribio de Mogrovejo, donde actualmente ayuda al Obispado con los Vicarios Generales de la Diócesis.
Por último explicó que a diario los sacerdotes tienen tentación como cualquier otra persona y que para el son dificultades que tienen solución y que los sacerdotes con relación al celibato no pueden tener una familia, pero este mantiene la fidelidad a Cristo. Porque todo aquel que quiere ser fiel a la vocación tiene dificultades, pero que hay que agarrarse de Dios, porque son humanos y que como hombre cualquiera puede fallar, pero hay que estar seguro de tener valor para levantarse y seguir adelante.